La revitalización comercial y económica del centro histórico de Elche está en pleno debate. La franca decadencia de una zona clave de la ciudad preocupa no sólo a quienes lo sufren, en este caso a los comerciantes, sino también a colectivos cívicos que se han puesto a la cabeza de la manifestación ante la falta de «imaginación» del actual tripartito. De hecho, en la última conferencia ofrecida en pasado lunes por la plataforma Elche Piensa, Juan Antonio Marín, el presidente de este colectivo, se felicitó de que el Ayuntamiento hubiera tenido en cuenta algunas de sus propuestas que incluían, entre otras, ser Capital Verde Europea en 2030 y una subsede del Museo Arqueológico para tener más a mano la Dama de Elche. Está bien aportar ideas aunque al final las medallas se las pongan otros.
Pero con todo, a mi entender, lo más trascendental vino a continuación con la intervención del conocido arquitecto Pepe Amorós. Expuso en un power point su idea de cómo se podría mejorar la ciudad, y sobre todo, buscar soluciones y programar actuaciones a corto, medio y largo plazo para revitalizar el centro histórico, con independencia del partido político que gobierne. Dos puntos fundamentales, porque están en el centro de la polémica, siempre desde mi punto de vista: el Mercado Central, con la peatonalización de la Corredera, y el peligro real de que cierren la línea de ferrocarril entre Alicante y Elche una vez que el AVE entre Madrid y Murcia se ponga en marcha.
Centro mi opinión en estos dos aspectos porque creo que son los que reclaman mayor urgencia para los ilicitanos. Aunque sin duda, la conferencia dio para mucho porque se detalló y se analizó con datos como año tras año los vecinos, industriales y comercios se han trasladado a la periferia, dejando sin vida el centro histórico.
Mercado Central
El Mercado Central está envuelto en la polémica desde que el PP aprobó su construcción en la pasada legislatura. Este proyecto, mejor o peor, siempre es opinable, contaba con todos los parabienes legales, pero desde el tripartito, concretamente desde Compromís, han intentado poner todas las trabas posibles. ¿Qué ha pasado? Que seguimos en un bucle con un tema que aburre hasta a las ovejas. Quizás de eso se trate, aunque el gran perjudicado es Elche y la gestión política de sus concejales, con el alcalde a la cabeza.
A falta la decisión de Patrimonio sobre los restos encontrados en las últimas catas realizadas en la zona, si hubiera aparecido otra Dama seguro que ya lo hubieran publicitado desde la Generalitat, ahora nos encontramos con otro escollo: un informe negativo sobre el impacto que tendría en el tráfico un aparcamiento subterráneo en el Mercado Central.
Me parece relevante la opinión y la postura de la plataforma Elche Piensa en este asunto. Para Pepe Amorós, un gran experto en urbanismo, es inconcebible que en estos tiempos aún nos planteemos si tiene que ir o no un aparcamiento en el futuro Mercado. Puso varios ejemplos de ciudades tan distintas como Tarragona, Pontevedra, Valencia… donde el centro histórico está lleno de plazas subterráneas de aparcamiento. Yo me pregunto, ¿cómo es posible que alguien se plantee la construcción de este tipo de recinto sin plazas para aparcar? No hace falta ser muy experto, sólo es necesario el sentido común. De hecho, el propio arquitecto mostró cómo es viable la construcción de ese parking sin crear un caos circulatorio en el centro. En fin, la opinión libre.
También incidió en la importancia de poner en valor los baños árabes y de peatonalizar lo que queda de la zona. «Se trata de resolver un problema y de crear espacio público», matizó. Por cierto, en este punto intervino un portavoz del Salvem el Mercat, que sigue con la misma foto fija: un mercado tradicional, sin aparcamientos, por supuesto municipal, concurso de ideas… Cada uno es libre de opinar, pero la gesitón, que es lo que importa, la debe hacer el Ayuntamiento. Y esta vez, para bien o para mal, se está jugando con los intereses de un colectivo, el de los comerciantes, que piden a gritos soluciones. Pero, de momento, predican en un desierto.
Quizá no sea una comparación idónea, pero en Alicante también hubo una gran oposición de ciertos comercios a que El Corte Inglés abriera los domingos. Al final, el Corte Inglés abre y el resto de comercios de su alrededor están llenos. ¿Pasaría lo mismo en Elche? Si no se hace nada, nunca se sabrá. La inacción es lo que tiene.
Perder el ferrocarril
Otro punto de interés de esta conferencia fue la preocupación que siente el colectivo por la desaparición de la línea de ferrocarril entre Alicante y Elche. Este trazado, con más de tres millones de viajeros al año, corre el peligro de desaparecer si no se electrifica y se instalan vías de ancho internacional cuando se inaugure la línea del AVE. Pepe Amorós hizo gala de la pregunta que más le gusta: «¿Qué nos está pasando?» No comprendió, como casi nadie, cómo Elche va a tener una estación ridícula, realmente es un simple apeadero, casi en Crevillent.
Se teme, nos tememos, lo peor. Cuando el obsoleto trazado entre Alicante y Elche quede aislado por la puesta en servicio del AVE, Renfe saldrá con la cantinela de siempre: se cierra la línea por falta de rentabilidad. ¿Y qué pasa con la conexión con el aeropuerto y con el Parque Industrial de Torrellano? Si Elche pierde este tren perderá parte de su futuro.
La plataforma Elche Piensa cree que es necesario reclamar actuaciones fundamentales para una ciudad que ha perdido el centro y que debe hablar de una estrategia global. «Elche ha muerto de éxito», ahora se trata de resucitar y que el tripartito piensa más en la ciudad que en su propia subsistencia, muy condicionada por unos resultados electorales que fueron lo que fueron.