La distancia tiene sus inconvenientes pero también sus ventajas. He procurado durante unas semanas alejarme un poco de la actualidad ilicitana para comprobar si al cabo de un tiempo se incorporaban a la agenda ciudadana otros temas que no fueran el manido Mercado Central, el Hotel de los Arenales, la peatonalización de la Corredera, el ruido que provocan las terrazas en el centro, el cuidado de las playas –todos los años con la misma cantinela- o la socorrida Dama de Elche, que siempre es un asunto recurrente cuando las seseras de nuestros-vuestros políticos no tienen nada que aportar a los sufridos vecinos. ¡Pues no hay manera! El miércoles pasado, otra vez invitado de nuevo al programa matutino de TeleElx -gracias sufridos compañeros por acordaros de mí-, comprobé que la vida sigue igual. Aunque siempre los periodistas o los junta letras, como nos llaman algunos de forma despectiva, intentamos sacar matices, buscar esos titulares que tanto joden al poder y opinar, si cabe, hasta sobre el sexo de los ángeles, algo siempre impropio, máxime en la Semana de Pasión en la que entramos.
Uno intenta reflexionar, con lo poco de materia gris que le queda ya en el cerebro, para atisbar un rayo de raciocinio en la gestión política del tripartito. Y a fe que me cuesta, pero quizá la culpa sea mía porque mi entendimiento no da para más. Sin embargo, los últimos acontecimientos abren un halo de esperanza en un panorama repleto de mediocres sombras incapaces de ver más allá de sus propias narices. Y es que por fin Compromís ha dado el paso que tenía que haber efectuado desde un principio. Ya no va a mirar de lado en las Juntas de Gobierno y va a votar contra cualquier acción que posibilite la construcción del Mercado Central. Me parece lógico, aunque la decisión llegue con dos años de retraso. Podemos y debemos elucubrar por qué ahora sí y antes no.
Se me ocurren varias maldades y seguro que más de una inexactitud, pero en fin, ya saben, las opiniones, de momento, son libres, y no están exentas de errores, algo que no hay que confundir con la maldad, ese adjetivo se lo dejo para algún que otro edil que no sabe distinguir entre el bien y el mal; cosas de la cabeza. Quizá, el grupo que encabeza Mireia Mollà ha cedido a la presión de Salvem el Mercat, (su partido está integrada en la plataforma) para que sea más beligerante contra el proyecto que bajo el mandato de Mercedes Alonso vio la luz y que ahora sólo arroja oscuridad. Ya saben, nada que huela a la “cavernícola” derecha, puede salir adelante. Mejor no gestionar que equivocarse.
Voto podemita
Y voy más allá, total, de perdidos al río. En este colectivo hay mucho voto podemita –ya saben que los discípulos de Pablo Iglesias no pudieron presentarse a las elecciones municipales de 2015 al estar registrado el nombre de Guanyem por otro partido político- y quizá le convenga ir a los próximos comicios locales bajo una misma marca electoral. Compromís-Podemos (o algún sucedáneo de los llamados perroflautas). ¿Se imaginan? Esta es sólo una posibilidad. Si se da el caso, ya pasó en los comicios nacionales, abría que pedirle a Mollà que reflexionara por el bien de los ilicitanos y el de ella misma. Confiemos en la dirigente nacionalista no dé ese paso tan políticamente peligroso. Si quiere ejemplos negativos, que mantenga contactos con los actuales alcaldes de Alicante y San Vicente, por poner dos ejemplos cercanos y en importantes ciudades de la provincia.
Otra posibilidad de su cambio de “estrategia” puede deberse a que todo apunta a que las catas arqueológicas realizadas en el Mercado Central no van a aportar gran cosa, aunque falte todavía el dictamen de Patrimonio. Ya saben que el informe de la Conselleria de Cultura será determinante para conocer si el proyecto sale o no adelante. Pero me temo que no va haber grandes novedades, y que la única Dama, por desgracia, seguirá sin compañía en Madrid. Antes del verano seguro que se conocerá la resolución del Consell.
Otra posibilidad al cambio de rumbo en Compromís ha podido ser un intento de poner más palos en las ruedas a un pacto de gobierno que sólo se sostiene por intereses absolutamente partidistas, y que no vendan ideario ideológico, (PSOE, nacionalistas y Partido de Elche son como mezclar el agua con el aceite; no engañan a nadie). En toda esta pantomima hay un invitado de excepción: Ciudadanos. La verdad es que los “naranjitos” están haciendo un papelón perfecto para el tripartito.
Igual he errado en estas tres elucubraciones pero es lo que tiene opinar. Lo que sí es evidente, es que Compromís siempre se opuso a un nuevo Mercado Central y que varió su postura quizá por cortesía con sus socios de gobierno, aunque se supone que la cortesía y la coherencia la debe mantener con sus votantes. Lo que no podía soportarse más es que se levantaran de la Junta de Gobierno cuando se trataba el tema. Hay que tener respeto a todos los ciudadanos, incluso a aquellos que no te han votado.
Hotel, un descalabro
Dejando a un lado la pesadez del Mercado quiero referirme con brevedad al hotel de los Arenales del Sol. En fin, una vez perdida cualquier posibilidad de rehabilitación, lo más conveniente es su demolición. Por cierto, cuidado con el amianto; es peligroso, ya hay preocupación vecinal en la pedanía. Sin embargo, alguien debería explicar que cabe la «remota» posibilidad de que más adelante esta decisión cueste dinero a las arcas municipales.
Igual en unos años, muy probable, llegarán las sentencias judiciales por el hotel, el Mercado, el pativel … y al tonto del contribuyente le tocará pagar la incompetencia e ineptitud política de sus gobernantes.
De DYA y de noche
Y un penúltimo apunte. Ya que hablo de hoteles y primera línea de playa. ¿Qué me dicen del papel de la concejalía de Turismo en la concesión del servicio de socorrismo para las playas en Semana Santa? Recojo dos declaraciones realizadas a Información por Vicente Granero (PP) y David Caballero (C’s): «Chapuza e improvisación fueron términos utilizados por el edil del Vicente Granero, quien también arremetió por, según él, la ausencia de información del número de ambulancias y socorristas que va a haber estos días. Más duras fueron las palabras desde Ciudadanos. Su líder, David Caballero, hablaba de «negligente y nefasta, como poco», al referirse a la gestión realizada por la Concejalía de Turismo. E incluso añadió: «No se puede estar improvisando porque estés llevando el turismo de un municipio como Elche desde tu asiento en València, que es lo que sucede con Mireia Mollà». Está sembrado Caballero. Mi pregunta: ¿en sus manos está o estaba cortar de raíz tanta «incompetencia»?
Reconozco que Mollà recogió una herencia envenenada. Hablar de Sanidad en Elche es mentar a la bicha. Hace tiempo, dialogando con el responsable de DYA en Elche, Antonio Tarí, me reconocía que si a él le daban un contrato por un montante más elevado que el acordado con el Ayuntamiento casi le ponía a cada ilicitano un médico detrás por si le daba un infarto. Lógicamente es una exageración, pero DYA prestaba un servicio del que nadie se había quejado incluso cuando gobernaba el PP. Y ahora está como tercera opción, bueno segunda, para hacerse con el servicio de playas, después de que la empresa elegida por el Ayuntamiento para realizar este trabajo haya salido corriendo. Las cuentas no siempre salen.
No es tan fácil dar una atención óptima sin el presupuesto suficiente, porque casi todo, por desgracia, depende del dinero. Y por cierto, desde que se fue o echaron a Ilicitanos por Elche del gobierno ha habido tiempo más que suficiente para hacer un planteamiento lógico y evitar esta sensación de improvisación que daña la imagen de toda una ciudad. Habría que preguntarle a Carlos González sobre el ridículo que se está haciendo en este punto, aunque la concejalía sea responsabilidad de otro partido de la coalición de gobierno. La culpa siempre es del que manda…
En este extraño clima lleno de disparates y distracciones bien haría el PP en aunar fuerzas para no perder la posibilidad de recuperar el gobierno municipal dentro de dos años. Eso sí, si Ciudadanos no decide apoyar a Podemos; cosa más raras se han visto. La verdad es que el tripartito, como en otras localidades que sufren esta plaga, se lo está poniendo a «huevo». En toda familia hay divergencias pero el interés general debe primar por encima de las personas. Y no hay excusas, al menos que el panorama dé un giro radical, porque el ciudadano percibe esas desavenencias de un tripartito sin rumbo. Los miembros del Partido Popular deben decidir lo que quieren ser de mayores.
Periodismo y democracia
Por último, ahora sí, Mónica Oltra. La vicepresidenta del Consell tuvo palabras muy agradables y políticamente correctas el pasado miércoles sobre los periodistas. En la presentación de la Revista Plaza de Elche habló de la importancia de la Prensa y de la crisis que afecta a un colectivo básico para la democracia. Todo muy bonito y correcto. En mi humilde opinión quizá le faltó una propuesta a nivel Estado para rescatar, reciclar, reconvertir y ayudar a un sector que agoniza, me refiero a los trabajadores no a los editores. Pero por desgracia la culpa es de los periodistas, un colectivo alejado de la solidaridad y acostumbrado en más de una ocasión a creerse el centro del mundo.
Cuando daba mis primeros pasos en esto de juntar letras hubo un profesor en la Universidad Complutenses, concretamente de Redacción Periodística, que nos comentaba a los imberbes e insignificantes alumnos lo siguiente: «Muchach@s, si alguna vez conseguís trabajo en este mundillo insano, que ya es difícil, no os olvidéis en ningún momento de esta frase: La Prensa es el cuarto poder y el periodista la quinta mierda». Gracias Mónica Oltra por una solidaridad que nosotros, los gacetilleros, no contemplamos en nuestro hipotético diccionario deontológico.