BALONES A LA OLLA / Deberes hechos con sabor agridulce
REDACCIÓN
Como no había nada en juego, más que tres puntos no decisorios, el partido se jugó en sábado a las siete de la tarde. La Federación española así lo autorizó. No fue necesario someterse al requisito de jugar domingo a las seis, como en el resto de confrontaciones donde había algo por decidir. De esta forma, ambos equipos tenían un día más de descanso, relajo y menos tensión para preparar lo que se les viene encima. Estuvo entretenido, hubo mayor tensión de la esperada, en la alineación más titulares de los que en un principio se dijo, y los dos quisieron ganar. Al final perdió el Hércules, pero no fue justo, y estuvo casi más cerca de la victoria que incluso del empate. Pero perdió.
Hércules 0 - Atco. Baleares 1
El abanico de la vida es muy grande y amplio, como también lo es el del propio fútbol y sus posibilidades. El último partido de la liga, en el grupo III de la Segunda B, podría haber dado para mucho más, pero curiosamente dio para muy poco. La intrascendencia del choque incluso tuvo una repercusión en la entrada al campo, que podría rondar los dos mil espectadores. Los habituales siete mil, o por ahí, en este caso no llegaron a cinco mil. Ese abanico se podría haber desplegado en forma de tres puntos vitales, victoria decisiva, ser primero o ser segundo, jugárselo todo contra el primero de otro grupo, o entrar en el bombo de la eliminatoria, una gran taquilla, promociones del club con entradas de regalo para abonados y mil cosas más. Sin embargo nada fue así. Quiso el calendario que el último partido de liga fuese Hércules contra Baleares, y a la postre el Baleares quedó primero y el Hércules segundo a falta de una jornada. El encuentro había que jugarlo, pero todo era cuestión de honor, honra, amor propio, probaturas, jugadores reservas, y descansos y relax para tocados y lesionados. Todo a la espera del lunes por la tarde donde llegará el sorteo.
La película del partido casi aburre, era intrascendente. La alineación del Hércules contaba con más titulares de los que se esperaba, pero con descanso para lesionados y apercibidos por amonestación importantes. En algún momento de la semana casi se dijo que serían todos reservas y no habituales. El no habitual Juli fue, sin duda, el mejor de los herculanos, le puso tanto ardor como si se tratase de una final. En el primer tercio del partido habilita a la derecha, centro y gol de cabeza de Jona. Uno que mete y le pitaron fuera de juego. En el treinta y tres otra gran ocasión entre el portero y un defensa la salvan los Baleares bajo palos.
En la segunda parte, de nuevo Jona, el sábado la referencia del equipo, encara al portero, después de recibir un gran pase, opta por una vaselina en vez de driblar y el balón se estrella en el larguero. Todo genial, sólo faltó ser gol. Y llegó por contra el gol visitante. En un saque de esquina, se produce un despiste, una desatención, el Baleares saca rápido, y el balón llega a un atacante, que dispara al centro de la portería, Ferrán Ferri, el sustituto ayer de Falcón, la bloca, hace lo imposible por pararla, incluso la saca de dentro, pero claramente había traspasado la línea, no llegó a ser eso que llaman gol fantasma. Mi compañero de asiento dijo algo así como: "Igual que el cuarto que le metió el Liverpool al Barcelona, se han despistado en el córner".... Y así, sin ya mayor intensidad, acabó el partido, con saludos entre ambos contendientes en el centro del campo, con buenos deseos y con un enhorabuena para lo que viene ahora. Y dejando incluso entrever que según los azares y caprichos del destino este choque se podría volver a repetir, pero en circunstancias totalmente diferentes. Todo es posible o nada más lejos de la realidad, a saber. Dependerá de lo que haga el Baleares en su moneda al aire en todo a ida y vuelta y de lo que haga el Hércules en la primera ronda de la promoción.
En la sala de prensa, la cabeza de periodistas y entrenadores estaba más en el sorteo de este lunes y los posibles rivales que en el partido que se acababa de disputar, eso era lo de menos. El veterano técnico visitante Mandiola, sacó pecho por ser el campeón del grupo y haber obtenido ocho puntos de diferencia al segundo clasificado, y preguntado por sus preferencias con el rival que le toque en el sorteo, dijo importarle poco, porque sería un sorteo y no lo podía elegir.
Lluis Planagumá, lamentó haber perdido el encuentro, cuando se mereció mucho más por haber dominado casi todo el tiempo. Se felicitó por no haber recibido más tarjetas en los casos de los apercibidos, y no quiso entrar a valorar el juego o las excelencias del Baleares, pues el campeón es el que suma más puntos.
Confirmó que este domingo tres o cuatro personas del cuerpo técnico del club se iban de ruta por Madrid, para ver diferentes partidos y estudiar y evaluar el juego, de esos rivales que a fecha de domingo, todavía podían ser el cuarto clasificado del grupo I de la Segunda B. Lo de los otros dos grupos ya parece claro entre Barakaldo y Badajoz.
Saldremos de dudas este mismo lunes día veinte por la tarde. El Hércules sabrá el nombre del rival de su primera eliminatoria, que ojalá le lleve a la segunda y luego a la tercera definitiva. Dios quiera que el SABOR DE BOCA NO SEA AGRIDULCE.